No es de extrañar que las personas más interesadas en comprar un vehículo eléctrico sean respetuosas con el medio ambiente, pero la preocupación por el medio ambiente no es lo que influye en su decisión de compra.
La pandemia de COVID-19 obligó a las personas de todo el mundo a reconsiderar algunos de sus principios más básicos. La última encuesta prospectiva de Meta a nivel mundial indicó que la pandemia provocó que el 37% de los encuestados revaluarán el propósito y las prioridades de su vida. Una clara consecuencia de este cambio de tendencia se hace evidente en el creciente debate mundial sobre el cambio climático.
Desde la moda sostenible hasta el turismo sostenible, los temas relacionados con el cambio climático tuvieron un aumento porcentual interanual de tres dígitos en Facebook. Durante la pandemia, las conversaciones en idioma inglés a nivel mundial sobre los vehículos eléctricos aumentaron un asombroso 238% en Facebook. Sin embargo, aunque las conversaciones tienden a aumentar, más de la mitad de los encuestados interesados en automóviles no están considerando activamente la compra de vehículos eléctricos3. Entonces, ¿cuál es el problema?
Una nueva encuesta realizada a pedido de Meta entre 10.000 personas reveló que, aunque los consumidores de vehículos eléctricos son respetuosos del medio ambiente y están dispuestos a pagar una prima por los productos que representan sus valores, los factores que impulsan su consideración son sorprendentemente prácticos. Estos consumidores son mucho más propensos a responder a mensajes sobre cuestiones pragmáticas, como los costos de mantenimiento y la seguridad.
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